Factores que han fomentado la aparición de los «Ni-nis»

Según las últimas noticias, son alarmantes los índices de jóvenes españoles que ni estudian ni trabajan, también conocidos por “ni-nis”.

Mis inquietudes como psicóloga me hacen reflexionar sobre cuales son los motivos “psicológicos”, que han fomentado la aparición de los “ni-nis”, qué características tiene esta parte de la sociedad adolescente sin ningún tipo de motivación ni aspiración.

Apatía por el futuro y alargamiento del periodo de la adolescencia son algunos de los factores que caracterizan a los “ni nis”. La falta de oportunidades, los conflictos propios de la adultez, la carencia de esperanza en su futuro son algunas de las características de esta generación, que no muestra interés por estudiar o trabajar.nini2

Una de las posibles razones de esta desmotivación y pasividad, puede ser la desesperanza que pueden sentir por su futuro, debido a la situación de crisis que vivimos en España, de la visión que tienen sobre los adultos: a la precaria calidad de vida
que mucha gente está sufriendo.

El fenómeno “ni ni” tiene múltiples causas y varias manifestaciones. Podría estar causado por motivos sociales: deterioro de la educación, falta de trabajo, precariedad laboral, etc. o por motivos más personales como un entorno familiar no adecuado, el carácter personal, acontecimientos del curso de vida…

Esta situación afecta de manera directa al presente de estos jóvenes, al curso de sus vidas, dificultad por emanciparse y definir o desarrollar un proyecto de vida; lo cual, influye negativamente en su autoestima y les provoca escasa confianza en su futuro, desánimo, apatía, frustración, angustia, ansiedad, incertidumbre e indefinición. Pero no debemos olvidar que esta situación también afecta a su futuro, ya que constituye un desperdicio social de las capacidades y potencialidades de desarrollo de miles de jóvenes en todo el mundo.

La juventud ha ido cambiando su ideología: en los años 90, la juventud se preparaba para una vida nini1mejor, luchaban por su futuro y por proporcionarse una buena calidad de vida. La aparición de este problema se ha producido de forma progresiva, poco a poco ha ido aumentando el número de jóvenes que ni trabajan ni estudian y su situación personal y familiar se agrava. En 1995 se identificó que en España los jóvenes ya no tenían esas motivaciones, porque su futuro era decepcionante. Algunas de estas cuestiones asalta a miles de jóvenes en nuestro país: ¿Porque prepararse si no hay ocupación? los trabajadores viven endeudados para toda la vida y con una vida poco satisfactoria, ¿quiero ser uno de ellos?.

También surge un cambio ideológico importante frente al concepto e interés por la formación académica, considerada por los nuevos jóvenes como aburrida, poco motivadora y que no garantiza su futuro profesional.

Al llegar el año 2000 los jóvenes son testigo de la situación que vive nuestra sociedad actual, los trabajadores pierden su alto nivel de vida, no hacen realidad sus sueños, se hipotecan para toda la vida para conseguir una casa y no son felices. Frente esta situación, una parte de la nueva generación decide no esforzarse, puesto que los beneficios no están garantizados, descartan planes de futuro y desarrollo personal.

Generalmente los “ni nis” son jóvenes desalentados, sin expectativas, ilusiones ni esperanzas. La situación laboral actual, protagonizada por altos índices de paro, bajos sueldos, contratos laborales cortos, la inestabilidad, inseguridad, etc. no han permitido a muchos jóvenes conocer que es un trabajo de calidad.

Considero que estos jóvenes son producto de una situación político-económica decadente, de una sociedad apática, explotada, etc. No conocemos las repercusiones que puede tener el fenómeno ni ni, si se podrá reconducir a estos altos índices de jóvenes sin estudios ni experiencia en el mundo laboral, ¿puede llegar a convertirse en un grave problema social? estos jóvenes tienen un alto riesgo de convertirse en adultos sin recursos, siendo una carga importante para los servicios sociales. Por estos motivos el gobierno debería aportar verdaderas oportunidades de desarrollo, tanto en educación como en ocupación.

Cristina Turú – Psicóloga